Por: Henry Remache
Nuevos Impuestos en Ecuador
El caso Toyota
Recientemente en Ecuador, el Presidente Rafael Correa anunció la creación de nuevas cuotas, restricción de importación
y elevación de aranceles. La Asamblea había tenido que tratar la propuesta con
carácter de urgente.
Esto ha sido un tema muy controversial en el país,
el sector empresarial y automotriz son los principales opositores a estas medidas. ¿Para qué sirven estas restricciones e impuestos? ¿Cómo afectan al país? ¿Es bueno o malo?
En los principales puntos de la reforma
tributaria se aplica a los autos el impuesto ambiental por contaminación,
que se incrementaría en un 5% y 20%, de acuerdo a la antigüedad del vehículo y su cilindraje. Además se aumenta del 2% al 5 % el impuesto a la salida de divisas.
Las reformas incluyen un nuevo impuesto a los autos y su importación, se crea
una licencia con el objetivo de reducir el ingreso de
automotores al país en un 20%. Según Jaime Cucalón, presidente de la Asociación Ecuatoriana Automotriz,
un vehículo con un costo de 8.000 dólares se vendería en el país
a 17.000, debido a las nuevas normas mencionadas.
¿Cómo afecta la restricción de
importaciones y los impuestos a la industria? No hay mejor ejemplo que el
caso Toyota. La empresa, antes de dedicarse al
negocio automotriz era una fábrica de maquinas tejedoras llamada Toyoda. No fue hasta
1935, que con la ayuda de
ingenieros traídos desde Estados Unidos, crearon el primer automóvil.
La empresa se mantuvo sin éxito en el mercado por varios años. La crisis de la post-guerra le produjo más problemas, y en 1949 estuvo a punto de cerrar por
bancarrota.
Es aquí donde el estado Japonés entró en acción, capacitado para otorgar ayuda gracias a una gran reforma a sus estatutos. El Gobierno dirigió su atención
al desarrollo de las empresas y a crear un entorno favorable para la competencia. Ya que Japón se encontraba bajo una
severa crisis económica por los resultados de la guerra, el Gobierno otorgó préstamos, con bajos intereses, a las compañías con más futuro. La regla era que
debían orientar su producción al mercado exterior. Asimismo, el Gobierno
ofrecía importantes concesiones tributarias a los ingresos por exportación, a
la vez que establecía la adquisición de tecnología como prioridad nacional. Se bloqueó el acceso de divisas extranjeras, “Ley del
Capital extranjero”, de cualquier firma que estuviera desperdiciando recursos valiosos.
El llamado “milagro japonés,” se forjo
bajo estas políticas proteccionistas de competencia inducida. Este aislamiento del mercado interno de la
influencia extranjera promovió el desarrollo empresarial, gracias a la ayuda del Gobierno. Toyota se mantuvo en pie, ya que la
importación automotriz a Japón era muy restringida; la empresa fortaleció su
estructura gracias a la demanda de su mercado interno. Para los años 80 Japón
ya producía más autos que Estados Unidos, y
Toyota pasó a ser el primer fabricante mundial de
automóviles en el 2007.
Es importante considerar que Ecuador es un
país mayoritariamente agrícola. Lamentablemente nos hemos atrapado a
nosotros mismos en lo que muchos llaman la maldición de las materias primas. Esto es una dependencia abrumadora de los productos primarios. Según el
programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (NUPD), la dependencia ecuatoriana de estos productos es alrededor del 88%. Esto ha impedido la
producción de bienes de valor agregado. Es importante saber que algunas
exportaciones son mejores que otras. Sin embargo, la balanza comercial de Ecuador es positiva gracias a las
actividades petroleras y los cambios de moneda por parte de las remesas de los
emigrantes.
Entonces es lógico entender los planes que tiene el Presidente de
auto-embargarse. Los precios del petróleo y la desaceleración
económica de muchos países han hecho que los planes económicos del Gobierno
sean re-evaluados. Es aquí donde nace la idea de restringir
nuestras importaciones. En teoría, el plan de restricción de importaciones y los
impuestos a la salida de capitales busca retener el dinero que ingrese al país.
Existen varias maneras de equilibrar la balanza de pagos, como por ejemplo incentivar la
producción nacional (cuenta corriente) y la inversión
extranjera (cuenta capital) como
lo hizo Japón en los años 60. Sin embargo, Rafael Correa buscó la manera más fácil, autoritaria y de corto plazo que existe: cerrar las
puertas de Ecuador al mundo. Quiere equilibrar la balanza de pagos vía cuenta
capital. Esto es más fácil que hacerlo vía cuenta corriente porque eso involucra que Ecuador se
convierta en un país altamente competitivo.
Sugiero tener muy en cuenta a donde va a
parar esta inyección de capital al Gobierno por los nuevos impuestos.
¿Acaso esta medida será utilizada para fomentar el desarrollo de una
prácticamente inexistente industria automotriz en el país? ¿O tal vez este capital será utilizado en mejorar el combustible de tan
baja calidad que poseemos?
Recordemos que la economía
de Ecuador es menos del 0,1% del mundo. Toda la riqueza se encuentra fuera de
nuestras fronteras. Si queremos algo de aquella fortuna, debemos volvernos más
competitivos para poder alcanzarla. También tengamos en cuenta que la
riqueza de una Nación no se mide en cuanto dinero tenga sus personas en los bolsillos, sino más bien en cuantos bienes se puede adquirir con ese dinero. Pensemos si estas medidas realmente
beneficiarán a la población a largo plazo, o si tan solo el Gobierno
esta evadiendo los problemas que realmente deberíamos tener como prioridad.