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martes, 1 de noviembre de 2011

Generando Pobreza (Argentina y el FMI)

Por: Henry Remache


FMI: Generando Pobreza
Argentina y el FMI

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, abandono las sesiones de la Cumbre Iberoamericana este sábado en Asunción, arrojando una fuerte crítica al Banco Mundial, al recordar uno de los episodios que vivió bajo su cargo de ministro de economía en el año 2005.

“En un foro iberoamericano, por qué tengo que escuchar las cátedras de la vicepresidenta del Banco Mundial, que chantajeó abiertamente a mi país”, declaró Correa antes de retirarse de la sala. “Esta señora me dijo: ‘No le vamos a dar el crédito porque ha cambiado la política”, se refería a Pamela Cox, vicepresidenta del banco mundial. Correa expresó, exaltado, en que no entendía por qué tenía que “escuchar a una burócrata internacional”.

¿Es verdad lo que dice el Presidente acerca del rol neocolonialista que han jugado estas organizaciones internacionales, tales como el banco mundial y el Fondo Monetario Internacional, en Latinoamérica? ¿Se manejan con una doble moral? ¿Cómo se han visto los países latinoamericanos afectados por estas organizaciones?

Para entender aquella enemistad debemos saber cuáles han sido los hechos que han conducido a esta actitud. No hay mejor ejemplo que el de “la niña buena” del FMI en los años noventa, usada como muestra económica para los países en desarrollo. Y que tuvo una de las peores crisis latinoamericanas de todos los tiempos, hablando de Argentina y su crisis en el año 2001.

Al final del 2001, la situación en Argentina era catastrófica, casi la mitad de la población vivía en la pobreza, la tasa de desempleo era superior al 18%. El país soportó cinco años de recesión y carga con una deuda pública de 132.000 millones de dólares que lo llevó a la cesación de pagos (default).

El endeudamiento de Argentina empieza desde los años 1970, después de que su dictadura militar empezó a tomar compulsivamente préstamos para sostener su modelo económico. El FMI olvidó sus estatutos que consistían en alertar los peligros del sobreendeudamiento, y  por el contrario empezó a otorgar nuevos créditos al régimen. El modelo económico consistía en equiparar la moneda argentina al dólar americano, reducir gasto del Estado y abrir la economía. Una época en la cual los argentinos gozaban  su “plata dulce” y viajaban por el mundo.

Pero la fantasía duraría poco. La dictadura empezó a enfrentar serios problemas económicos que se agudizaron con el conflicto bélico por la soberanía de las islas Malvinas. El gobierno devaluó la moneda y las empresas privadas endeudadas en dólares comenzaron a presionar al Estado para que asuma sus deudas. La deuda que era de unos pocos pasaría a ser de todo el país.

El primer país latinoamericano que no pudo pagar sus compromisos fue México en 1982, debido a esto se desata la llamada “crisis de la deuda” que la siguen la mayoría de los países de la región, entre ellos Argentina.  La banca internacional decidió recurrir al FMI para que negocie con los países deudores el restablecimiento de sus pagos, así empieza la presencia agobiante de este organismo internacional en América Latina.

Tras la caída de la dictadura militar, Raúl Alfonsín es elegido Presidente y la democracia vuelve a Argentina. No obstante las presiones del FMI, obligan al nuevo Presidente a ajustarse a sus políticas, cuyo primer ejemplo es el plan austral, donde muere el Peso y nace el Austral para “terminar” con la inflación. La situación económica empeoró, se comunicó que no se podía hacer los pagos a los sectores privados pero siguieron honrando sus deudas con el FMI, no obstante la institución denegó un nuevo crédito al gobierno de Alfonsín y la crisis se agudiza. Poco después el descontento popular fue incontenible y Alfonsín entregaría el poder a Carlos Menem.   

Menem se dispuso a aplicar al pie de la letra las políticas de ajuste, privatizaciones y apertura económica que el consenso de Washington le impondría. Pero no le fue fácil por la aguda crisis inflacionaria. Se implementa el plan Bonex, una medida que convierte los ahorros de los ciudadanos en bonos, que fueron cotizados a la mitad de su valor en el mercado, es decir, el Estado transforma los ahorros de la gente a la mitad. De un día para el otro la gente tuvo la mitad de lo que tenía, y esta diferencia de capital se transformó en pagos de la deuda argentina.

Después del intento fallido de varios ministros de economía, se implementa el plan de convertibilidad, en donde la ley decretaba que un peso argentino valía lo mismo que un dólar americano, para defenderse de la inflación. En 1994 la crisis Mexicana afecta de gran manera a Argentina y el FMI otorga asistencia financiera al gobierno para resistir la crisis.

Argentina se convierte en la estrella para el FMI. Mientras que la institución elogiaba a la Nación, los índices de desempleo y pobreza aumentaban, la economía comenzaba a estancarse y la deuda crecía de manera vertiginosa. Carlos Menem logra su reelección, y sigue con su plan de convertibilidad, sin embargo la crisis Mexicana repercutió en varios países y así finalmente Brasil, el principal socio económico de Argentina, tuvo que devaluar su moneda. Las exportaciones argentinas cayeron profundamente y la recesión económica se instaló en el país.

Pese a todo el FMI apoyaba al gobierno de Menem y su modelo. Para seguir con su plan, el presidente vende YPF, una empresa estatal de petróleo con reservas para 30 años, que calculaba tener 30 mil millones de dólares se terminó vendiendo por una cifra de 6 mil millones.

Fernando de la Rúa, sube al poder en 1999 y aplica un plan de ajuste profundizando aun más el modelo. En el año 2000 asume la presidencia de Estados Unidos, George W. Bush y se cuestiona al FMI por los paquetes económicos que se habían mandado a los países en crisis.

Para defenderse de las críticas el FMI se niega seguir prestando recursos, Argentina aplica un plan llamado “el corralito” para evitar la fuga de dinero al exterior. El plan consistía en retener físicamente el dinero en el sistema bancario pero se podía usar ese dinero en forma de cheques, tarjetas de crédito o transferencia bancarias. Con sus ahorros encerrados en el sistema bancario, la sociedad estalló y Fernando de la Rúa renunció a la presidencia.    

Entre la crisis política argentina se anunció que no iba a pagar la deuda,  el fin de la convertibilidad y se devaluó la moneda. El país que el Fondo Monetario Internacional citaba como ejemplo a imitar, empezó el nuevo siglo con la mitad de la población en la pobreza y una deuda externa prácticamente impagable.

Las políticas que Washington ha implementado en los países latinoamericanos, han respondido de una manera casi monógama en la región. Las corrientes de izquierda asumieron el poder, desde Venezuela con Hugo Chávez, llegando después a Argentina y Brasil. El fallecido presidente Néstor Kirchner, jugó tal vez uno de los papeles más importantes e históricos para la región. Al desafiar con éxito al FMI. América Latina derrotó por primera vez a las intenciones de la primera potencia mundial, representada por las políticas que llevaba adelante el presidente Bush.       

Si es que las acciones históricas de estos organismos han afectado a nuestra sociedad, ¿Debemos seguir escuchando sus opiniones, y abrazando sus políticas? Yo pienso que no hay que arrodillarse ante el poder, ni  es ser mal educado al decirle de frente las cosas ha aquellos que se han usufructuado de nuestra región. ¿Merecía el presidente Correa los aplausos al salir de la cumbre Iberoamericana?

Juzguemos por nosotros mismos.