Colaboración de Carolina Moreira
“Con mi corazón en Yambo”
El mundo del cine es sin duda alguna una de las actividades recreativas más populares para salir de la rutina. Las producciones nacionales se han ganado un lugar muy preferencial entre los ecuatorianos al momento de escoger una película, tanto por su calidad como por su contenido.
La última producción nacional en cartelera fue “Con mi corazón en Yambo” dirigida por María Fernanda Restrepo, cineasta, periodista y hermana de los desaparecidos Carlos Santiago y Pedro Andrés Restrepo. Este documental se estrenó el día 14 de octubre en Quito, Guayaquil, Cuenca y Ambato con una gran aceptación nacional, sin embargo, días antes de que este documental saliera a las carteleras, se vio envuelto en una gran polémica, dado que al ser una producción ecuatoriana está exenta del pago de impuestos para su presentación, no obstante en la Dirección Financiera Municipal de Guayaquil se habría negado la exoneración de dichos impuestos alegando sobre la nacionalidad de María Fernanda Restrepo directora de dicho film.
Sin embargo luego de un exhaustivo bombardeo en diferentes redes sociales en protesta por la negativa de esta municipalidad, el Municipio de Guayaquil accede a la exoneración de impuesto al día siguiente.
Es por esta razón que con el fin de crear una conciencia crítica e individual a los lectores, pondré en consideración algunos hechos de importancia para poder analizarlos y para que de esta manera puedan aplicar juicios de valor sobre este suceso uniendo acontecimientos del pasado con el presente.
En el año 1988 (año en el que los hermanos Restrepo habían desaparecido), León Febres Cordero (+) era el presidente en turno de la Republica del Ecuador; ingeniero mecánico y ejecutivo por profesión en varias industrias ecuatorianas como Cervecería Nacional y La Empresa Eléctrica de Guayaquil, además de haber sido un controversial líder político y afiliado al Partido Social Cristiano.
El ex Presidente realizó una muy marcada persecución política contra todos sus opositores, llegando incluso a atentar contra la independencia de las demás funciones del estado. Un ejemplo claro fue el acometido contra la función judicial, ya que con la finalidad de evitar la posesión de un nuevo Mandatario, mandó a rodear con tanques de guerra a la Corte Suprema de Justicia.
A lo largo de su gobierno se vio envuelto en constantes escándalos, tales como el Caso Fokker, Ecuahospital y Ran Gazit, en muchos de los cuales la violación de los derechos humanos y el abuso del poder estuvieron presentes. Las noticias de desaparecidos durante su periodo presidencial nunca se hicieron faltar, es por esta razón que la Corte Interamericana de Derechos Humanos decidió aplicar una condena al Estado, al que se le impuso el resarcimiento de victimas, investigaciones y sanciones a los causantes de dichos actos.
Como es de conocimiento público dos de los mayores atropellos de los derechos humanos fueron la desaparición de los hermanos Restrepo y de la Profesora Consuelo Benavides quien fue retenida por miembros de la Fuerza Naval del Ecuador durante tres años.
Siendo Las Fuerzas Armadas el medio coercitivo de una nación, es decir que son los encargados de mediar estos acontecimientos, familias de muchas de las victimas que buscaron ayuda e información en las autoridades respectivas no llegaron a saber el paradero de sus seres queridos. Pero debe considerarse, que al ser fuerzas de instrucción militar solo están habilitados para seguir órdenes de sus superiores y mandatarios. Es así que algunos de los sobrevivientes de estos ataques afirman y responsabilizan a León Febres Cordero e incluso a Jaime Nebot de dichas agresiones. Por lo que vale mencionar que Jaime Nebot, ex gobernador de la provincia del Guayas designado por el ex presidente León Febres Cordero durante su periodo de 1984-1988, es actualmente el alcalde de Guayaquil.
”Con mi corazón en Yambo” es un documental acerca del suceso ocurrido el 8 de enero de 1988, cuando la Policía Nacional detuvo a Pedro Andrés y Carlos Santiago Restrepo bajo culpabilidad dudosa, quienes luego de ser detenidos fueron entregados al Servicio de Investigación Criminal de Pichincha (SIC), donde fueron torturados durante varios días. Carlos Santiago, uno de los hermanos que padecía de asma, fue torturado por los miembros del SIC-10, grupo represivo de la Policía Nacional; metiendo su cabeza en una funda llena de gas lacrimógeno y golpeándolo brutalmente hasta acabar con su vida. Esto sin duda representó una complicación para los miembros de la policía, quienes al verse inmersos en un asesinato que sin duda fue un crimen de Estado, mas no un error de unos pocos elementos de la fuerza policiaca, deciden acabar con la vida del último testigo, el hermano que quedaba, Pedro Andrés.
Es entonces que la familia Restrepo-Arismendy emprende una intensa búsqueda por los hermanos desaparecidos, los mismos que aún sin saber del crimen suscitado por miembros de la policía, consolidan su búsqueda con la misma institución, quienes prácticamente los mantuvieron engañados durante mucho tiempo. Poco a poco se fueron dando cuenta de los engaños, ya que se les presento falsos resultados de las investigaciones en donde se decía que los hermanos habían muerto debido a la precipitación de su vehículo en la Quebrada Pacha, en el sector el Batan, en la ciudad de Quito. Además se encargaron de desaparecer evidencias, esconder y además encubrir a los culpables. Habiendo sido los cuerpos de los desaparecidos las evidencias más impunes. Después de varias investigaciones, uno de los pocos resultados obtenidos fue que la laguna de Yambo era uno de los posibles lugares en donde los cuerpos de los hermanos Restrepo fueron escondidos.
Es así que la familia empieza una lucha incansable en contra del poder judicial en el país, realizando plantones en la ciudad de Quito, y presentando su caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la que se encargó de juzgar al Estado ecuatoriano y con la cual luego de diez años, compromete al Estado a pagar una indemnización de dos millones de dólares y a realizar la búsqueda de los cuerpos. Entre otro de los compromisos del Estado hacia la familia Restrepo está la elaboración de un informe detallado de lo sucedido con los desaparecidos y el juicio penal de los culpables, sin embargo lo único que se llevo a cabo fue la indemnización económica, hasta hace poco, cuando se reabrió la búsqueda durante el gobierno del presidente Rafael Correa, quien mencionó en una entrevista radial “Si tenemos que vaciar Yambo para encontrar los cuerpos de Andrés y Santiago, la vaciaremos, lo que sea necesario"
Han pasado ya 23 años y aún existen muchas interrogantes, como quienes son los verdaderos culpables de las torturas, y por qué al pasar del tiempo se han empeñado tanto en ocultar los nombres de los culpables, un ejemplo claro es del llamado “El Chocolate”, principal asesino y torturador a quien aún se lo conoce simplemente por el apodo.
El caso Restrepo, removió la institución policial desde sus estructuras, motivo por el cual el reabrir las investigaciones rasgará otra herida en el cuerpo policial especialmente después de los sucesos del 30-S. Planteándonos la mayor interrogante a través de la historia del país ¿Cómo poder confiar en una institución encargada de la protección ciudadana que ha perdido su credibilidad, al venderse a los intereses de cada administración gubernamental e institucional? ¿Cómo los ecuatorianos podemos volver a sentirnos amparados por una institución que guarde nuestros derechos?, pues es algo que solo el tiempo nos lo dirá.
La verdad y la justicia son los principios básicos que deben afianzarse en nuestra sociedad, como el legado más valioso para las futuras generaciones. En casos como estos, donde las violaciones a los derechos humanos han estado presentes y han puesto en peligro la integridad nacional, juzgar y no olvidar es recomendable y altamente necesario por parte de toda la población para que sucesos como estos no vuelvan a manchar nuestra historia y mantenga en alto y con orgullo el hecho de ser ecuatoriano.
