Ejército: aún en transición hacia la igualdad de género
En el avance de derechos y de
igualdad social, las Fuerzas Armadas han permitido la inclusión de mujeres a
sus instituciones. Las estructuras, condiciones y organización de las mismas han
tratado de acoplarse a las nuevas circunstancias que se presentan en la milicia.
Manuelita Sáenz dejó un legado
para que las generaciones posteriores la piensen. A pesar de que la costumbre marque paradigmas,
ella rompió los esquemas y dejó un ejemplo de mujer luchadora, extrovertida e
influyente.
La milicia fue históricamente una
institución ocupada por hombres. Esto cambió en 1999 cuando ingresó la primera
promoción de mujeres al Ejército ecuatoriano para que puedan realizar la
carrera militar y ocupar las áreas de armas y servicios, además de las
especialistas que ya existían desde 1970.
La pista de entrenamiento físico
es ocupada por seis brigadieres, la mitad son mujeres. A su cargo está Jéssica
Arcos, quien dirige las actividades académicas y deportivas del grupo. Ella es
riobambeña, dejó su ciudad a cambio de esta profesión y en ocho años ha alcanzado
el rango de subteniente de Inteligencia en el área de armas. “El rol de la
mujer ha pasado de ser unas simples espectadoras, nos hemos convertido en las
titulares de lo que se vive”, dice.
El Departamento de Recursos
Humanos de la institución indica que en la actualidad 155 mujeres integran las
filas de la Fuerza Terrestre.
“Mi papá (también militar) dice
que las mujeres no representan un gran apoyo para el Ejército, porque en
combate ellas no serían capaces de desenvolverse”, cuenta Fernando, uno de los
brigadieres. Él no comparte esa idea y cree que las mujeres pueden adquirir
conocimientos más rápidamente que los hombres, así podrían contribuir en las
operaciones militares.
Un estudio de “El Rol de la Mujer en las Fuerzas Armadas”, realizado
por Gonzalo Meza en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO),
indica que “se revelan problemas en las relaciones interpersonales. Existe
cierto tipo de presión por parte de varones más antiguos hacia las mujeres”. A
pesar de esta afirmación, la teniente de Comunicación Linda Vizcaíno propone
que ellas son quienes deben ocupar sus puestos con autoridad y respeto.
La vida dentro de la milicia se
distingue de la civil. La carrera militar establece la rotación de posición,
determinada como los “pases” que el personal debe realizar cada dos o tres años
hasta acudir a la frontera y las regiones del país.
“Podemos conocer varias
provincias, hablar con gente de todos lados”, expresa el teniente coronel Luis
Ordóñez, quien lleva 28 años en la institución. También manifiesta que hay
momentos difíciles al tener que separarse de la familia en muchos casos. Él
estuvo en Loja cuando estaba vigente el conflicto con Perú en 1995, estuvo en
segunda línea de combate realizando estudios de seguridad.
El artículo 70 de la Constitución
de la República expresa que el Estado ejecutará políticas para alcanzar la
igualdad entre hombres y mujeres, para que no haya perjuicios hacia algún
género.
La
comunicadora y militar Linda Vizcaíno afirma que todavía falta por adecuar y
crear infraestructura en muchas unidades del Ejército, pues no serían las más
adecuadas para el personal femenino. El estudio de la FLACSO muestra en sus
recomendaciones el mismo criterio: “Mejorar las instalaciones y servicios”.
Las normas que rigen a las
Fuerzas Armadas permiten que las mujeres que se encuentren en servicio y estén
embarazadas tengan dos años para su cuidado, permitiéndoles salir de la
institución en ese tiempo sin que se perjudique su carrera. Jéssica Arcos también planea su vida
personal. “El sueño de toda mujer es ser madre. Quiero tener una familia y
darle todo mi amor, sin descuidar mi vida profesional”.
Mauricio Mayacela es un aspirante
para acceder a la institución, su gusto por esta profesión comenzó desde el
colegio militar. En el curso de ingreso comparte con compañeras las nuevas
experiencias y aprende de ellas. “Allí adentro, ellas no son el sexo débil,
sino que demuestra que tiene la misma fuerza que un hombre”.
Manuelita Sáenz renace en cada
una de las mujeres que asumen este nuevo reto. Ellas ingresan y cumplen el rol
de ser libertadoras de los libertadores, pues intentan cambiar esa idea de que
solo los hombres son capaces de cumplir con esta tarea de defender la soberanía
y estar en servicio de la sociedad ecuatoriana.
Así decía una carta de Simón Bolívar
hacia el general Córdova: “Ella es también Libertadora, no por mi título, sino
por su ya demostrada osadía y valor, sin que usted y otros puedan objetar tal (...)
De este raciocinio viene el respeto que se merece como mujer y como
patriota".
“El sueño de toda mujer es ser madre. Quiero tener una familia y darle
todo mi amor, sin descuidar mi vida profesional”: Jéssica Arcos, subteniente
del Ejército
Artículo 70 de la Constitución: “El Estado formulará y ejecutará
políticas para alcanzar la igualdad entre mujeres y hombres, a través del
mecanismo especializado de acuerdo con la ley, e incorporará el enfoque de
género en planes y programas, y brindará asistencia técnica para su obligatoria
aplicación en el sector público”.
Foto1: cortesía Linda Vizcaíno
Foto2: Inteligencia militar